Tejeda del Sueve

 

La primera vez que visité este bosque emblemático de Asturias; ¿o no era la primera vez? Pues el paseo de ese soleado y templado día del mes de diciembre, parecía estar hecho de pequeños recuerdos: la mar a lo lejos y nosotros subiendo las empinadas pendientes del Sueve que nos acercaban desde el “Pico Sol de Miguel” hasta el “Llanu La Cuesta”; el espino albar situado, a media ladera, junto a “La Fuente de Busfríu”; mi acompañante; cuando vimos ese muérdago rodeado por una guirnalda de majuelos; esa estrecha senda, casi escalera demasiado empinada y rodeada de maleza… En esos momentos vinieron a mi mente las deliciosas historias que Isaac Bashevis Singer nos narra en “Un día de placer”, y le robé algunas de sus preguntas mezcladas entre otras mías: ¿Cómo es el Paraíso? ¿Qué hacen las almas en el Paraíso? ¿No era este un día de placer? ¿O era un recuerdo luminoso y confuso, como mis pensamientos esta mañana?

 

Hoy, aun recuerdo el paseo igual que si hubiera ocurrido ayer. Ese día me evoca gratos y diversos pensamientos. Unos con relación a un lugar tan extraordinario y otros, relativos a que todo parecía ya vivido, y a la vez era nuevo y se convertirá en “Un día de placer”.

 

 

 

 

 

El bosque,  

las Viescas

 

Nuestra vida está hasta tal punto unida al bosque que acabamos no prestando atención a su existencia, y el bosque tiene una vida rica y variada que conforman una multitud de vínculos y antagonismos entre sus diferentes componentes. La vida animal y vegetal de los bosques es por sí misma tan diversa que sobrepasa todo lo que podemos imaginarnos.

 

En el caso de “La Tejeda del Sueve” nos encontramos con un tipo de bosque que puede vivir incluso en un suelo tan pobre como es la zona caliza en la que se asienta, dado que las características calcáreas de este tipo de suelos no favorecen el desarrollo de sustratos profundos. Otra particularidad de este lugar es la multitud de formas kársticas (Dolinas lapiaces, etc.) que conforman el paisaje y que son resultado de la disolución de la caliza por el agua de lluvia y del hundimiento de cavidades subterráneas que dan lugar a dolinas de tamaño desigual, salpicando la zona de depresiones con forma de cráteres que desaguan a través de sumideros, hacia la red de drenaje subterráneo. En algunas ocasiones, en estas cubetas o depresiones Kársticas, la acumulación de los residuos insolubles de la zona caliza forma suelos arcillosos que impermeabilizan el fondo de la dolina dando lugar a charcas estacionales.

 

Podemos decir, sin equivocarnos, que esta Tejeda es el bosque de cierta entidad más antiguo de la Península y casi con toda seguridad de la Comunidad Europea.

 

Se localiza en la zona interior del Sueve y abarca un área de unos 7 km cuadrados, sin contar pendientes y dolinas. Está relativamente próximo a la orilla del mar -a menos de cuatro kilómetros- situación que atempera el clima local, y hace que las heladas sean más suaves.

Por otro lado la barrera que forma el Sueve (sobre unos 12 km. de longitud y alineación NE-SO) facilita que se produzca en esta zona un fenómeno meteorológico de gran importancia como es que al aumentar la temperatura de la mar, la evaporación intensa que se produce hace que la humedad marina se condense dando lugar a esa niebla densa y persistente (borrina), que queda retenida en toda la ladera en la que se asientan las tejedas (orientadas hacia el NO), consiguiendo que sin apenas suelos profundos, los árboles puedan mantenerse de la humedad atmosférica y los elementos nutricios que ésta aporta; asimismo, esta ladera del Sueve recibe las lluvias y la nubosidad que vienen del Oeste, siendo la pluviosidad muy acusada (precipitaciones por encima de los 1500 l/m.

 

En lo referente a la distribución de los tejos, gracias a que el propio bosque tiene un gran poder de retención de la humedad presente en la ‘borrina’, y a la complicada orografía del terreno, se dan escenarios extraordinariamente diversos en el que, los tejos, forman rodales más o menos puros o mezclados, arboles en todas las posiciones posibles, incluso asentándose en la roca desnuda, demostrando una particular habilidad para subsistir en grietas e incluso en crestas y paredes rocosas verticales; sin embargo, la ausencia de regeneración de las últimas décadas ha creado un notable vacío de reclutamiento. No se ven ejemplares jóvenes y las plántulas anuales no se logran -a causa del ramoneo- y, casi no se ven tejos jóvenes de perímetro inferior a 50 cm.  Sin duda este es uno de los factores más negativos para la regeneración y futuro del bosque. Dando una imagen de bosque antiguo donde se encuentran en cambio ejemplares muy viejos de más de 5 metros de contorno y con alturas verdaderamente asombrosas para esta especie que, en esta zona del Sueve, llega a superar los 20 metros.

Dicho lo anterior, la distribución diamétrica del tejo en el Sueve es la propia de una masa irregular, y casi con toda probabilidad la zonas mejor conservadas sean las que ocupan la gran cubeta kárstica que se ubica en las sombrías laderas del Corcovu, y  que conforman un “cinturón” de viescas y rodales donde algunos ejemplares de hayas, abedules, fresnos, acebos y serbales prosperan mezclados entre los tejos como en: “Xuan de la Gracia”, “El Pasaizu Ordiales”, “Viescalluenga”, “Fuente la Texuca”, “El Foyu les Ortigues”, “El Cuetu la Texona”, y fuera de este, la franja que se extiende entre “La Viesca Bustantiu” y “La Viesca Solderiz”. En estas zonas el bosque es dominado por los tejos, con ejemplares de gran tamaño; alguno de ellos (edrau) conviviendo en armonía con impresionantes hiedras.
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